Este Octubre Urbano, la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad lanza una campaña para presionar a las autoridades para que adopten medidas para llevar a cabo transformaciones estructurales a largo plazo y se comprometan a proteger la función social de la ciudad.
Exigimos ciudades entendidas como bienes comunes que cumplan su función social y el Derecho a la Ciudad al servicio de toda la comunidad, asegurando la protección social y la calidad de vida de todos.
En el actual contexto de crisis mundial, acentuado por la pandemia, hemos visto surgir iniciativas en todas las esferas, desde los gobiernos nacionales y, en particular, los gobiernos locales, hasta los grupos dirigidos por las bases.
Muchas de estas medidas tienen como objetivo cumplir la función social de la ciudad. Esto significa garantizar el acceso equitativo y asequible de todos a la vivienda, los bienes, los servicios y las oportunidades urbanas, en particular para las mujeres, los grupos marginados y las personas con necesidades especiales.
Nuestra declaración
¡Ciudades por la Dignidad, no para el lucro!
«La función social de algo es su uso o aplicación en beneficio de la sociedad en general, en particular, dando prioridad a los más necesitados. Así, la función social de una propiedad, bien, recurso o servicio se realiza cuando se aplica para satisfacer una necesidad social general o la necesidad insatisfecha de un segmento de la sociedad» (HICtionary, HIC/HLRN, 2018).
«La función social de la ciudad significa que todos tenemos el derecho colectivo de exigir que la propiedad pública y privada sea ocupada y utilizada con un propósito social, de modo que sirva al interés colectivo. La ciudad es una construcción colectiva, es para todos, por lo tanto es esencial que construyamos ciudades que permitan las experiencias urbanas y el acceso a la propiedad de manera equitativa» (Forum Nacional de Reforma Urbana, 2016).
Fuente: Foro Brasilero de Reforma Urbana
«Somos movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y de los gobiernos locales comprometidxs con el cambio social a través de la promoción, defensa y cumplimiento del derecho a la ciudad para todxs. Llamamos y nos comprometemos conjuntamente a resistir a las crisis globales en curso, que se han puesto en evidencia durante la pandemia, a través de políticas alternativas basadas en el derecho a la ciudad.
La ciudad no puede ser para el beneficio y la especulación. La ciudad es nuestro espacio y comunidad material, simbólico y político compartido. Nuestra agenda exige priorizar la dignidad, el cuidado y la democratización efectiva de las decisiones relativas al presente y al futuro de las ciudades».
En este sentido, exigimos a todas las esferas de los gobiernos y a la comunidad internacional que se comprometan a proteger la función social de la ciudad :
- Garantizando el derecho a una vivienda adecuada para todo
- Recuperando y fortaleciendo los servicios públicos comunitarios
- Protegiendo y desarrollando espacios públicos diversos y seguros en todos los barrios.
- Fomentando las economías diseñadas para la sostenibilidad de la vida
- Fortaleciendo la colaboración horizontal y democrática entre actores e instituciones
- Asegurándose que todos los habitantes puedan disfrutar plenamente de la ciudad y sus oportunidades
Políticas públicas que ponen a la gente en el centro
Durante la pandemia se han implementado diferentes tipos de políticas públicas sociales con el fin de dar respuestas urgentes a la crisis y tratar de ayudar a los habitantes a superar estos momentos de la mejor manera posible.
Aquí encontrará una serie de medidas (✔) que consideramos que responden al cumplimiento de la Función Social de la Ciudad dentro de la perspectiva del Derecho a la Ciudad.
También hemos señalado algunas advertencias e inquietudes (⚠️ ✘) sobre posibles riesgos y omisiones.
Por último, damos algunas sugerencias (💡 ) sobre cómo ir más allá con estas diferentes medidas y acciones.
Iniciativas de miembros y aliadxs
En todo el mundo las instituciones gubernamentales, la sociedad civil, las organizaciones de base, la academia y el sector privado están implementando medidas que abordan los puntos clave en la lucha contra el COVID-19 por el Derecho a la Ciudad y la función social de la ciudad.
Aquí destacamos algunas de las iniciativas de nuestros miembros que son representativas de la lucha para que las ciudades cumplan su función social y el Derecho a la Ciudad.
A lo largo del Octubre Urbano nuestros miembros y aliados, en todo el mundo, están llevando a cabo diversas actividades: eventos, premios públicos, campañas y seminarios en la web.
No te pierdas ninguno de estos eventos, descúbrelos aquí.
Octubre Urbano es un mes de reuniones, discusiones y eventos, emocionantes, que centran la atención del mundo en los temas urbanos y el desarrollo sostenible.
Se alienta a las personas, las organizaciones, las ciudades, las comunidades y los gobiernos a todos los niveles a participar en actividades que pongan de relieve los retos y las soluciones relacionados con las ciudades, los pueblos y las comunidades.
El mes comienza con el Día Mundial del Hábitat y termina con el Día Mundial del Derecho a la Ciudad.
Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre, este año será el 5 de octubre, como el Día Mundial del Hábitat.
Este día destaca el estado de nuestros pueblos y ciudades, así como el derecho básico de una vivienda adecuada para todos.
El Día Mundial del Habitat también nos recuerda que todos tenemos el poder y la responsabilidad de dar forma al futuro de nuestras ciudades, pueblos y comunidades. El tema de este año es «Vivienda para todos»: Un mejor futuro urbano.
La celebración global será organizada por la ciudad de Surabaya, en Indonesia.
El 31 de octubre celebramos el Día Mundial del Derecho a la Ciudad, reinterpretando la designación de las Naciones Unidas del Día Mundial de las Ciudades.
Entendemos por Derecho a la Ciudad: el derecho de todos los habitantes, presentes y futuros, permanentes y temporales, a habitar, usar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar de ciudades, pueblos y asentamientos humanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para disfrutar de la vida con dignidad y paz.