Paulista Surjadi, Kota Kita & Chandan Kumar, ActionAid India.
Asia es el continente más grande y más poblado del mundo, dónde se encuentran algunos de los países que crecen más rápidamente como India, China, Indonesia, y Malasia. El continente tiene 48 países y más de 4.000 millones de personas, lo que equivale a la mitad de la población mundial. Con este hecho, es prácticamente imposible dar con una única perspectiva asiática de qué constituye y qué define el Derecho a la Ciudad. Sin embargo, en los continentes dónde las ciudades están creciendo a un ritmo más acelerado como en Asia y África, los trabajos y acciones conjuntas, incluyendo la (re-) definición de la implementación del Derecho a la Ciudad, son más necesarios que nunca.
Una compañera de la Coalición Internacional por el Hábitat dijo una vez durante la Reunión Regional de Asia de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad, pre-Prepcom III en Surabaya en 2016, que en muchos países asiáticos la urbanización ha sido vista como inevitable. Ella desarrolló luego su argumento, describiendo lo que podría considerarse el problema clave que la implementación del Derecho a la Ciudad puede ayudar a resolver.
Primero, mucha gente no se ha dado cuenta de que la urbanización ha devenido inevitable porque hay historias de fondo como una enorme crisis agraria, que incluye la reforma de la tierra y el desalojo que empuja a las personas a moverse a las ciudades en busca de una «vida mejor», lo que no es siempre cierto.
En este sentido, entender e implementar el Derecho a la Ciudad abre una oportunidad para conectar luchas sobre derechos humanos y justicia social en la región de Asia. Reconocer las distintas luchas y sus puntos en común bajo el concepto del Derecho a la Ciudad puede convertirse en el pilar central de la estrategia de incidencia para políticas nacionales y su implementación. Ésto también va a apoyar la incidencia por el Derecho a la Ciudad en tanto que «derecho colectivo bajo los principios de equidad y justicia social», ofreciendo una narrativa alternativa a la agenda de desarrollo urbano actual. Un esfuerzo cohesionado juntaría a distintos países en torno a una plataforma común para llevar a cabo el Derecho a la Ciudad para mejorar la productividad social, no solo para la ciudad sino también para las naciones en conjunto.
El taller de planeamiento de la PGDC en Nueva York en Julio de 2017 juntó algunos de las organizaciones miembro de Asia, esto es, HIC (Coalición Internacional por el Hábitat), CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos), Huairou Commission, ActionAid, y Kota Kita. Dentro de este grupo de participantes, hemos encontrado conexiones muy interesantes que abren la oportunidad para que la Plataforma consolide su impacto en la región.
Estas organizaciones trabajamos en distintos temas y en distintas partes de Asia, pero deberíamos encontrar maneras de incluir y destacar el Derecho a la Ciudad como el marco común en el que trabajar. La tarea que tenemos entre manos supone un desafío teniendo en cuenta que debemos reconocer y documentar las nuevas iniciativas alternativas promovidas por personas y comunidades en distintas partes de Asia. Esta «novedad» incluye nuevas formas de hacer cosas, pero también la participación de nuevas generaciones de jóvenes activistas que han adoptado nuevas formas creativas de hacer activismo social. Sin embargo, los retos persisten: vivienda asequible, desalojos zero, buena governanza, protección social, entre otros. Es un imperativo que nuestra Plataforma ensanche la alianza existente y consolide el Derecho a la Ciudad como una agenda común.
Al final del encuentro de Nueva York decidimos colectivamente algunas acciones. Pocas son inmediatas y el resto necesitarían un período de tiempo más largo para ser planeadas y ejecutadas. Las iniciativas incluyen compartir conocimiento entre miembros de la red, mostrar solidaridad mutua entorno a diversas luchas sobre el terreno, mejor documentación de los distintos trabajos e iniciativas en los que los miembros están involucrados, comunicación, educación y formación, y el desarrollo de una campaña global que pueda tener implicaciones locales pero que debe construirse sobre principios comunes vinculados al Derecho a la Ciudad. Estos esfuerzos se apoyan los unos a los otros y son clave para consolidar el Derecho a la Ciudad en Asia.
¡Nos vemos en Nairobi!