Los miembros y aliados de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad (PGDC) estarán en Nueva York para participar activamente en la Cumbre de ODS ( 18 a 19 septiembre 2023), para instar a los Estados Miembro y las Agencias de las Naciones Unidas a comprometerse con acciones concretas guiadas por un enfoque basado en los derechos humanos y mediante la inclusión de actores de la sociedad civil y de los gobiernos locales e involucrarse con las iniciativas locales, como la producción social del hábitat, el derecho a la ciudad, la economía social y solidaria, la transición a un modelo energético y económico más limpio y justo, la agenda de los cuidados y la protección colectiva de los bienes comunes naturales, sociales y culturales.
Declaración
Colectiva
Cómo avanzar
ODS y NAU
Sobre la
Cumbre de ODS
Desbloquear el poder de la gente para lograr los
Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana
Declaración colectiva para la Cumbre de los ODS
Nueva York, Septiembre 2023ons SDGs Summit
Las organizaciones arriba suscritas coinciden en la importancia de la Agenda 2030 y en la necesidad de acelerar la acción liderada por múltiples partes interesadas para su implementación efectiva. Sin embargo, mientras los Estados Miembro y las Agencias de las Naciones Unidas se reúnen para la Cumbre de los ODS de 2023, les instamos a comprometerse con acciones concretas guiadas por un enfoque basado en los derechos humanos y mediante la inclusión de actores de la sociedad civil y de los gobiernos locales. Exigimos un compromiso activo y un apoyo sostenido a las iniciativas comunitarias y municipales, como la producción social del hábitat, el derecho a la ciudad, la economía social y solidaria, la transición a un modelo energético y económico más limpio y justo, la agenda de los cuidados y la protección colectiva de los bienes comunes naturales, sociales y culturales.
La declaración de la Cumbre refleja el consenso sobre la importancia de llevar a cabo transformaciones sustanciales que respondan a los desafíos actuales aprovechando los compromisos de la Agenda 2030. Sin embargo, el discurso general y las líneas de acción de la declaración no suponen un cambio significativo respecto a lo ya existente. Emula enfoques reduccionistas, engañosos e insuficientes, sobre todo en relación con el desarrollo económico como crecimiento infinito y la toma de decisiones políticas que priorizan el ámbito nacional.
Con la participación de diversas partes interesadas durante la Cumbre y sus actividades precedentes, la posición anterior es compartida por diversos grupos interesados. La Declaración del Global Taskforce of Local and Regional Government (Grupo de Trabajo Global de Gobiernos Locales y Regionales) a la Cumbre, por ejemplo, señala la necesidad de «ir más allá de los cambios graduales para transformar nuestras sociedades y lograr la Agenda 2030», mientras que los mensajes clave del Women’s Major Group (Grupo Principal de Mujeres) para el Foro Político de Alto Nivel 2023, celebrado en julio, piden una acción inmediata para la plena implementación de los ODS, basada en la coherencia política y en sólidos mecanismos de rendición de cuentas, a partir de un «conjunto de orientaciones basadas en los derechos que rara vez vemos incorporadas en los procedimientos del Foro Político de Alto Nivel o en la implementación a nivel nacional». La declaración conjunta de los relatores especiales, expertos independientes y presidentes de los grupos de trabajo de los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos también se hace eco de este llamado.
With a variety of stakeholders engaging during the Summit and its preceding activities, the above position is shared by diverse constituencies. The Statement of the Global Taskforce of Local and Regional Governments to the Summit, for example, points to the need to “go beyond incremental changes to transform our societies and achieve the 2030 Agenda”, while the key messages of the Women’s Major Group for 2023 High Level Political Forum, held in July, calls for immediate action for the full implementation of the SDGs, based on policy coherence and strong accountability mechanisms, building on a “body of rights-based guidance that we too rarely see incorporated into the High-Level Political Forum (HLPF) proceedings or implementation at the national level”. Such a call is also echoed in the joint declaration of Special Rapporteurs, Independent Experts, and Chairpersons of the Working Groups of the Special Procedures of the Human Rights Council.
Los ODS no están implementados a través de una perspectiva de Derechos Humanos y, aunque se entienden como complementarios a otros marcos más amplios como la Nueva Agenda Urbana (NAU), no están integrados en ellos. Si bien el reconocimiento de la NAU en el proyecto de declaración final es bienvenido, no incluye algunos de los principios clave de la NAU, como el cumplimiento de las funciones sociales y ecológicas de la tierra y los asentamientos humanos, el apoyo a la economía social y solidaria, la gestión democrática de las ciudades y los territorios, y el derecho a la ciudad.
Además, la declaración menciona «localización» pero no aborda las dinámicas territoriales cruciales. Con ello, se pierde la oportunidad de entablar un debate significativo sobre las causas profundas de los retos más acuciantes de las ciudades y los asentamientos humanos. Estos están vinculados a modelos de crecimiento urbano y desarrollo económico basados en la maximización de los beneficios, la explotación de la naturaleza y el medio ambiente, y la creciente centralización del poder y la toma de decisiones. Está claro que no se pueden lograr verdaderas acciones transformadoras sin cambiar la actual dinámica económica y política.
Los Estados miembros y las agencias de la ONU necesitan comprometerse urgentemente con enfoques transformadores y dirigidos localmente, como la economía social y solidaria, los liderazgos cuidadores de las organizaciones de base de mujeres, el derecho a la ciudad, la producción social del hábitat, la transición justa y la defensa y protección colectivas de los bienes comunes. Estos enfoques introducen nuevas formas de organización social, política y económica centradas en el interés colectivo, y sitúan a las personas y al planeta en el centro. También introducen oportunidades para avanzar hacia sociedades más democráticas a través de prácticas de innovación social que buscan introducir marcos de toma de decisiones más horizontales, colaborativos y colectivos. La declaración menciona «participación» y «asociaciones» pero sin reconocer los esfuerzos liderados por los actores sobre el terreno, en particular por los grupos liderados por la comunidad, la sociedad civil y los gobiernos locales, ni proporcionar marcos concretos y adecuados para apoyar estas iniciativas y, en muchos casos, socavándolas. Esto contribuye a un escenario de invisibilización de las contribuciones relevantes hacia los ODS por parte de los actores locales y las comunidades, que carecen de un apoyo sostenido por parte de los gobiernos nacionales y las instituciones multilaterales, que al mismo tiempo también se abstienen de sus responsabilidades de regular a los grandes actores corporativos.
Junto con las preocupantes limitaciones de la participación de actores no estatales durante la Cumbre, la declaración no infunde confianza en que sus resultados contribuyan realmente a lograr las transformaciones necesarias, ni en que sirva de base para un debate más amplio y necesario sobre la pluralización y democratización del sistema de gobernanza de las Naciones Unidas y la estructura financiera que debería permitir el cumplimiento de los compromisos. A medida que los debates se acercan a la Cumbre para el Futuro de 2024, está claro que si no se amplían sustancialmente los canales de diálogo y colaboración con otras partes interesadas y no se apoyan eficazmente los procesos dirigidos por las comunidades y el papel del liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones, seguiremos por el camino de la inercia y de un retroceso considerable. Especialmente en un contexto de crisis múltiples, agudas e interconectadas, como el ataque y el debilitamiento de las instituciones y los mecanismos democráticos, y la criminalización de los activistas de derechos humanos y los movimientos sociales, la ONU está perdiendo la oportunidad de realizar las adaptaciones necesarias para garantizar una implementación transformadora y acelerada de la agenda de los ODS y sus compromisos.
Por lo tanto, ante la Cumbre de los ODS de 2023, pedimos colectivamente compromisos que se involucren con la implementación de la Agenda 2030 para lograr una transformación sustancial hacia asentamientos humanos más justos, sostenibles y diversos, basados en el bienestar colectivo y la protección de las personas y el planeta. Para ello, tanto el discurso como la práctica deben modificarse drásticamente en virtud de un compromiso y una implicación firmes hacia alternativas sustantivas a los actuales sistemas de toma de decisiones económicas y políticas vigentes. Esto comienza con el reconocimiento efectivo y la inclusión de los actores de la sociedad civil y de los gobiernos locales en el debate, así como con el apoyo directo a las iniciativas transformadoras lideradas por ellos.
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Principios para guiar el avance de los compromisos de la NAU
El proceso de Hábitat III reflejó la deliberación de diversos actores para comprometerse colectivamente con acciones que hagan que nuestras ciudades, pueblos, territorios y asentamientos humanos sean más justos, inclusivos, seguros y sostenibles. Surgieron cuestiones clave hacia la adopción de la Nueva Agenda Urbana (NAU), en particular en relación con el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos humanos bajo el paraguas del Derecho a la Ciudad, incluyendo la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de derechos; el combate y prevención de la especulación, el desplazamiento, la falta de vivienda y los desalojos forzosos; la garantía de las funciones sociales y ecológicas de la vivienda, la tierra y la ciudad; la necesidad de descentralizar aún más la toma de decisiones y los procesos de asignación de recursos; el reconocimiento de las ciudades como bienes comunes; y la gestión democrática de las ciudades y los territorios a través de enfoques más participativos e inclusivos, como la producción social del hábitat.
Sobre la Cumbre de los ODS
El Foro Político de Alto Nivel (HLPF, por sus siglas en inglés) se organiza cada año en julio bajo los auspicios del Consejo Económico y Social, reuniendo representantes de gobierno de alto nivel y actores interesados para revisar el progreso, examinar los obstáculos, intercambiar buenas prácticas, y recomendar nuevas accinoes para realizar la Agenda 2030 y los ODS. Los páises acordaron que cada cuatro años, el HLPF se reuna bajo los auspicios de la Asamblea General al nivel de jefes de Estado y Gobierno. (Resoluciones de la Asamblea General 67/290 y 70/299)
En septiembre 2023, es la segunda vez que se lleva a cabo la Cumbre de los ODS. Estará presidido por el Presidente de la Asamblea General. El resultado de la Cumbre será una declaración política negociada.
Fechas clave:
- Marcha para acabar con los combustibles fósiles – 17 de septiembre – 13h
- Cumbre – 18 y 19 septiembre
- Fin de semana de acción sobre los ODS – 16-17 septiembre
- Semana del Clima en NY – 17-24 septiembre
- Asamblea Global de la Gente – 17-18 septiembre
- Cumbre sobre la Ambición Climática (UN) – 20 septiembre
Más información y otros documentos, como las resoluciones presentadas por los Estados puede encontrarse en la página oficial de la Cumbre de los ODS.